es la misma religión
de Emily Dickinson:
Yo era la más menuda de la Casa.
Me quedé con el más pequeño de los Cuartos.
Por la noche, mi Lamparilla, un Libro,
y un Geranio.
Acomodada así, podía recoger la Abundancia
que no cesaba de caer.
... ... ...
(...) y así, en vez de llegar finalmente al Cielo,
voy de camino todo el rato.
El Destino es la Casa sin Puerta
En el nombre de la Abeja,
y de la Mariposa,
y de la Brisa, ¡Amén!
En el nombre de la Abeja,
y de la Mariposa,
y de la Brisa, ¡Amén!
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