"mamá, si me estás viendo, que yo creo que sí..."
Teresas, etc. Desearía que mis palabras pudieran guardaros. Mi alegría es triste y ella era el
nombre:
tenía muy poblado el adentro
niña Omaira Sánchez, de Armero, tendré que preguntarme 100 veces que qué
quiero.
de mi tristeza
Al amanecer
tu preciosa carita redonda y verde, Niña Omaira, recuerdo primero de mi vida y siempre recuerdo primero de mi vida, porque eso ya no cambiará, como tampoco cambiará ya tu carita. Fuiste una sabia para el mundo, querida niña, al decir al amanecer cosas de lo que vive bajo la tierra, en el cielo. Niña Omaira tan preciosa como un amanecer con alas porque se va muy allá, muy lejos, ¿me crees si te digo al aire que te acabo de ver? Tú estuviste setentayochohoras enterrada en el lodo pero no moriste aquel quincedenoviembredemilnovecientosochentaycinco: puedo verte ahora mismo con tu carita redonda y verde y
(¿Cómo va? Acá llueve!)
temblando
En Armero el amanecer rojo.
el abandono rojo está en el amanecer el mediodía la tarde y la noche y no dice palabras, como un rostro que miraste sin cesar. pero el amor te impide ver y tienes que seguir buscan do sin parar, ingrávida, bus cas caras -abandono rojo blanco verde y amarillo-, caras, oh, para oh, re cor dar
Cuando el amanecer huele mal es que un ángel se va a morir, ¿sabes? Ama, por si acaso
y no silencies los harapos: Los sapos quieren tu retrato.
Me pesa la belleza del ausente sin retrato. Porque la danza de las hormigas es muy salvaje de niña arañaba las paredes en busca de
señales feroces
fortalecida tras lá pérdida lá sabiduría lá ángel en lá criatura